Con el propósito de fomentar innovaciones educativas y el Aprendizaje Profundo desde sus comunidades docentes y educativas, la provincia de Arauco inició un nuevo proceso de acompañamiento junto al Centro de Liderazgo Educativo +Comunidad.
La ciudad de Cañete también ha formado parte de los esfuerzos iniciales, pues a lo largo de mayo se desarrollaron los primeros dos Encuentros de Redes Tejiendo Más Comunidad en el Liceo Homero Vigueras Araneda.
Las jornadas —realizadas el pasado jueves 2 y miércoles 22 de mayo— estuvieron enfocadas en la etapa de diagnóstico de fortalezas, necesidades e intereses de los y las estudiantes, junto al inicio del diseño de actividades para el diagnóstico del despliegue las competencias globales del Aprendizaje Profundo.
La Escuela Buena Esperanza participó durante 2023 en el proceso de facilitación y ven, en esta nueva etapa, la oportunidad de perfeccionar su diseño inicial y traspasar la metodología de trabajo que propone +Comunidad, relató su director, Luis Ruiz González. “Fue una actividad bastante innovadora, lo asociamos a la programación en robótica. El año pasado solo tuvimos la posibilidad de trabajarlo con el equipo de liderazgo, que son quienes trabajan acá. Ahora ya estamos trabajando con todo el equipo de profesores, estamos articulando”, explicó.
Sobre las necesidades de su comunidad estudiantil, junto a su equipo han analizado que “tenemos que propiciar más espacios de trabajo colaborativo, trabajar un poco más la actitud final y de alguna manera también desarrollar actividades que sean más desafiantes para ellos. La verdad es que creemos que hoy no estamos sacando el máximo provecho que podríamos sacar a lo que es la pedagogía en aula. Pero como les digo, ya avanzando en eso, jornadas como esta también nos sirven para reflexionar en torno a ese tipo de necesidades que obviamente tenemos como establecimiento”.
Desafíos en lo Rural
Cada territorio posee sus propias características y, por ende, también desafíos y potencialidades en materia educativa. La ruralidad en la comuna de Cañete, que se proyectó al 44% en 2023 —según los datos del CENSO realizado en 2017— refleja el escenario en que docentes y directivos se desenvuelven.
La profesora encargada de la Escuela Juan Lavín Alvear del sector rural de Huape, Ana María Lagos, describió que su desafío actual es cultivar capacidades en sus estudiantes para desenvolverse en el mundo actual, articulando asignaturas con temáticas contingentes. Para ello, pensar fuera de la caja se convierte en un imperativo.
“Estamos obligados porque vivimos en otro contexto. Aquí en la ciudad, los niños tienen tecnología e internet, pero nosotros recién el año pasado tenemos. Entonces, estamos en un desafío constante de investigar y buscar soluciones. Hay otras problemáticas en el sector, como la basura, por ejemplo. Entonces, nos preguntamos cómo desafiamos a los niños a cuidar el medio ambiente, cómo ser proactivos en ese sentido y cómo involucramos a la familia en este tipo de aprendizaje y desarrollar habilidades”, detalló.
Un Currículum para el Estudiantado
Dichos relatos se enmarcan en las reflexiones sobre las necesidades estudiantiles en torno a cuatro dimensiones: físicas, emocionales, cognitivas y sociales. Esta información les permite profundizar a través de ellas en sus intereses y motivaciones, para luego enmarcarlas en temas y asignaturas específicas e iniciar así el diseño de actividades diagnóstico para evaluar el nivel de una competencia global en específico.
Es ejercicio que también invita a adaptar las indicaciones ministeriales a las condiciones de cada establecimiento educativo, debido a que, tal como señala el director de la Escuela Básica Rubí Nelson Silva Salas, Erwin Canales Cuadra, a veces “los niños están en un contexto totalmente distinto a lo que a veces el currículum dice”.
Ello también implica una nueva manera de diseñar curricularmente, agrega el edil del establecimiento. “Antes partíamos de atrás para adelante. Ahora contextualizamos, planificamos, pero también tenemos que ver de acuerdo a las necesidades de los estudiantes y también centralizarlo con foco y habilidades del siglo XXI. Entonces, todo esto tiene que ser triangulado para que podamos tener un producto, y para que el aprendizaje sea más profundo y haya una interacción de los alumnos con el profesor y los aprendizajes”, añade Canales.
Energía para Innovar
Es una diversidad de experiencias que convergieron en estas dos jornadas, cuyas conversaciones también exploraron las maneras para movilizar el Aprendizaje Profundo y ejecutar tareas en torno al diagnóstico e identificación de competencias como Comunicación, Pensamiento Crítico, Colaboración, Ciudadanía, Creatividad y Carácter. Un proceso que, si bien es complejo debido al andamiaje que requiere, cuenta la energía de los equipos cañetinos.
“Veo que los equipos de las escuelas están bastante enfocados en la tarea: quieren sacar productos de estas jornadas y sacar experiencias innovadoras. Eso es un plus que encuentro en los participantes, tienen la motivación por querer continuar y dudas sobre cómo seguir movilizando las capacidades de sus docentes y también de los estudiantes. Es positivo porque nos dan un buen pie para que los establecimientos puedan innovar, y todo parte de eso: problematizar en torno a la práctica y como nos encontramos”, enfatizó la facilitadora de la región del Biobío, Diana Peralta.
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